domingo, 25 de noviembre de 2018

Así era La Estrella de Gijón en 1899

En 1899, a los seis años de iniciar su actividad, La Estrella de Gijón se vio en la urgente necesidad de duplicar la producción para satisfacer la demanda tras el éxito alcanzado por sus cervezas.

Cartel de la Gran Fábrica de Cervezas de Suardíaz y Bachmaier de 1899
en el que se representan las medallas y galardones obtenidos hasta entonces

La marca de Suardíaz, Bachmaier y Cª acababa de obtener entonces la Medalla de Oro en la Exposición Regional de Gijón de 1899, un año después de haber ganado la Corona Cívica y Medalla de Oro en la Exposición Internacional del Progreso de Bruselas de 1898 y tres después de recibir la  Medalla de Oro y Cruz de Distinción en la Exposición Internacional de Londres de 1896


Tenía sus oficinas en la calle Corrida nº 56 pero la fábrica estaba en la zona de Santa Olaya, en el límite de los barrios de La Calzada y Natahoyo, próxima a la estación de ferrocarril del Norte y del puerto, de aquella todavía en construcción, de El Musel.

Publicidad y ubicación de La Estrella de Gijón sobre el plano de la Guía de Gijón de 1899

La Estrella de Gijón cupaba un solar de 15000 m2, de los cuales 5000 m2 eran jardines, con restaurante incluido, en el que se organizaban diversos eventos los domingos de verano.

Grabado de los edificios y jardines de La Estrella de Gijón, publicado en "La Ilustración Asturiana" en 1904

La fábrica constaba de tres edificios, en los que, hacia 1899, trabajaban unos 70 obreros. El principal tenía dos pisos bajo el nivel del suelo y otros cuatro sobre él, y se destinaba al malteado. La germinación se llevaba a cabo en los pisos situados bajo el terreno, mientras que los superiores se dedicaban a la limpia y al almacenamiento de cebada, lúpulo y malta. Todos los pisos se encontraban comunicados por medio de montacargas y ascensores.

Interior de La Estrella de Gijón en 1899

A continuación del edificio principal, estaba el que albergaba la maquinaria, que era alemana en su mayoría. Disponía de generadores de vapor, con una superficie de caldeo de 400 m2, máquinas de hielo por compresión de amoniaco (dos destinadas a la refrigeración de las bodegas y otra a la producción de hielo), compresores de aire para envasar la cerveza, dinamos para abastecer el alumbrado y la potencia generatriz de varios electromotores, bombas de agua, cuadros eléctricos y acumuladores. 

Sección principal de la maquinaria (izqda.) y departamento mecánico de embotellado (dcha.) de la fábrica en 1899

El último de los bloques se destinaba a la cocción y allí estaban también las cubas de fermentación, refrigeradas en dos pisos subterráneos, y las bodegas, con capacidad para almacenar un millón y medio de litros de cerveza. 

Zona de cocción (izqda.) y grandes cubas de fermentación (dcha.) de La Estrella de Gijón en 1899

En 1899 la cerveza todavía se fermentaba en cubas o tinas abiertas. La capacidad de estas tinas solía ser de unos 3000 litros - 3500 litros. Posteriormente fueron sustituidas por balsas abiertas de fermentación y, a partir del primer tercio del siglo XX, comenzaron a utilizarse tanques cilindrocónicos cerrados.

Cubas de fermentación similares a las utilizadas por La Estrella de Gijón en 1899 que pueden verse en la visita a la antigua fábrica de Pilsner Urquell, en República Checa

En frente del edificio principal, se encontraban los almacenes de barriles y botellas, la carpintería, donde hacían sus propios toneles y las cajas de madera para las botellas, el taller de carros y las salas de embotellado.

Caja de madera con botellas de La Estrella de Gijón de la colección de Daniel Alonso Tarrodo

El suministro de agua lo proporcionaban tres bombas que la extraían de un pozo cavado en roca y revestido de albañilería, de 30 metros de profundidad. Como escribía Víctor Labrada en su libro "Curiosidades de un Gijón inolvidable” (Gijón, 1991), dicho pozo causaba gran admiración ya que, incluso, acudía gente con prismáticos para ver su fondo.

El pozo y el chalet de los Bachmaier, únicos elementos arquitectónicos que aún perviven de la fábrica, fotografiados el 10 de diciembre de 2018 por Carlos Bachmaier, biznieto del fundador de La Estrella de Gijón

Aquel lejano 1899, hace ya casi 120 años, la empresa de Suardíaz y Bachmaier se anunciaba en todos los medios como Gran Fábrica de Cervezas... ¡Y verdaderamente lo era!

Tal y como describía Patricio Aduriz en sus Viñetas Asturianas para El Comercio, un tercio de la cerveza que se elaboraba entonces en España se producía en La Estrella de Gijón.

Anuncio publicado en El Independiente, el 15 de febrero de 1908