miércoles, 8 de abril de 2020

Cerveza, medicina divina

Anuncio de El Águila Negra en septiembre de 1904, donde se recomendaba para personas sanas y enfermas de todas las edades así como para amas de cría

Fue Paracelso, alquimista suizo considerado como el padre de la toxicología, el que definió a la cerveza como "medicina divina contra la enfermedad". Lo dijo en el siglo XVI pero actualmente está demostrado que su consumo moderado estimula el sistema inmunitario, protege el corazón y disminuye el riesgo de sufrir diabetes.

Beneficios de la cerveza. Fuente: lifeder.com

En la Edad Media la cerveza sustituyó al agua contaminada, salvando muchísimas vidas amenazadas por la peste y otras epidemias. Pero, sin necesidad de remontarnos tan atrás en el tiempo, es fácil encontrar variados ejemplos de los beneficios medicinales de esta bebida.

Publicidad de las variedades de La Estrella de Gijón a finales del siglo XIX anunciando que la medicina las recomendaba por tónicas e inmejorables 

Nuestros abuelos sabían que la cura casera a un resfriado pasaba por tomarse una cerveza caliente con miel, sudar y dormir para, al día siguiente, encontrarse mucho mejor. Y, para nuestros bisabuelos, la cerveza era el mejor remedio para las molestias estomacales.

Anuncio de la cerveza que comercializaba Calixto Alvargonzález en Gijón en 1889

Las condiciones y los avances higiénico-sanitarios actuales aconsejan no consumir bebidas alcohólicas, con independencia de su graduación. Una recomendación que se torna en prohibición para los más pequeños, pero es que, hoy en día, en nuestro mundo desarrollado, los alimentos y bebidas suelen estar sometidos a toda suerte de controles sanitarios que garantizan su salubridad. Algo que hace más de un siglo no estaba siempre asegurado cuando se ingería agua, que podía estar contaminada de patógenos.  Este riesgo todavía sigue siendo una de las principales causas de contagio de enfermedades en las zonas más desfavorecidas del planeta.

Grabado de un monje cociendo agua para elaborar cerveza en la Abadía de Weinstephan

La amenaza siempre ha estado ahí. De pozos, ríos y estanques procedían gran parte de las enfermedades que han provocado pandemias a lo largo de la historia. Esta circunstancia hizo que, desde tiempos remotos, se extendiera una costumbre que ahora puede parecernos una aberración, pero que tiene su explicación médico sanitaria: dar de beber a los niños cerveza en lugar de agua.

Anuncio de El Águila Negra en 1906, recomendándola para convalecientes, personas débiles y niños

El poder reconstituyente de la cerveza la hacía una bebida recomendable para madres lactantes... algo que en nuestros tiempos también sería impensable. Era común también que las amas de cría acompañasen las comidas con una cerveza, relacionada con la mayor producción de leche.

Anuncio publicado en El Noroeste el 1 de mayo de 1905 (izquierda) y cartel francés de 1940 (derecha)

Por otra parte, la cerveza se prescribía desde hace siglos por su capacidad analgésica contra los dolores de cabeza. Un reciente estudio de la Universidad de Greenwich afirma que esta bebida resulta más efectiva que el paracetamol porque, a medida que el contenido de alcohol en sangre aumenta un 0.08%, el dolor dicen que se reduce en un 25%.

Publicidad de un suministrados de cerveza La Estrella de Gijón a finales del siglo XIX

Fuera de la propia publicidad también hay referencias a la condición saludable de la cerveza. Por ejemplo, coincidiendo con las cruentas epidemias de cólera morbo asiático que tuvieron lugar en Asturias en el siglo XIX y en las que murieron miles de personas (la más fuerte y mortífera fue la del año 1854), el doctor en medicina y cirugía, Ramón de Valle y Álvarez publicaba en 1854 una serie de Consejos al pueblo o doctrinas preservativas y curativas que deben ponerse en práctica en el cólera-morbo-asiático:

“Yo, por mi parte, creo que en ningún lugar se está como en casa, máxime en aquellos días que la epidemia hace estragos. Concluyo diciendo que en esta última medicación tengo mayor confianza. (…) Como coadyuvantes se pueden usar las bebidas diuréticas o que aumenten la cantidad de la orina, como la cerveza".

También en el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo del 23 de julio de 1866 se publicaban unas reglas higiénicas para las familias para la prevención del cólera morbo y curación de sus primeros síntomas, aconsejando:

“...no beber agua al menos hasta pasadas cuatro horas de haber comido; y aun así será bueno mezclarla con un poco de cerveza”.

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