lunes, 14 de septiembre de 2020

Plácido Lesaca. Cerveza, carruajes y circo

Cuando tenía 34 años, las ideas progresistas de Plácido Lesaca Dopico le causaron el destierro de su Madrid natal, haciendo que, a mediados de aquel lejano 1860, llegase a Oviedo dispuesto a buscarse la vida.

Plano de Oviedo en 1865

Descrito en el Boletín Oficial de la Provincia de Oviedo como un hombre "de estatura regular, pelo negro, ojos marrones, barba poblada, cara redonda y buen color", fue una persona emprendedora y bastante innovadora para su tiempo, como demuestra el amplio rastro que dejó en archivos y hemeroteca.

Una de las sus primeras iniciativas en la capital asturiana fue, según un anuncio publicado en 1864, la constitución de Trasportes y Mensajerías de Plácido Lesaca y Compañía, empresa de carruajes que, con destino a Madrid salían de Oviedo todas las semanas admitiendo pasajeros y cargamento "de todas clases para todos los puntos de dicha línea y demás capitales de España en que tienen correspondencia los ferrocarriles". ¡Parece increíble que, de aquélla, el viaje a Madrid llevase unas 90 horas cuando, casi un siglo después, se tardó menos en llegar a la luna!

Imágen del libro "Caminos y viajeros de Asturias. ALSA"

Lesaca, como buen conocedor de la ruta madrileño-asturiana y de sus paradas intermedias, vio claras las oportunidades de negocio desde un principio y en 1865 consiguió hacerse, vía subasta, con el servicio del correo de Oviedo a León pujando para ello nada menos que 70.000 reales, ampliando así su servicio de postas, con paradas en las calles Campomanes y Santa Susana. Ésta última en los bajos del taller del fabricante de carruajes Antonino Santullano quien, además de proveedor de los vehículos para su servicio de transportes, fue también socio suyo en la fábrica de cervezas de Santa Susana. Antonino y Plácido fundarían dicha fábrica en sociedad comanditaria con José Fernández Cardín, importante comerciante ovetense que, a su vez, también tuvo participación en las otras dos fábricas de cerveza que elaboraron esta bebida en el Oviedo de mediados del siglo XIX... un Oviedo con menos de 20000 habitantes, pero buen consumidor del zumo de cebada, según las estadísticas de la época. 

Por su parte la conexión de José Fernández Cardín con Plácido y Antonino vendría del arrendamiento que éste último le ofrecía al comerciante de uno de sus locales en la calle Santa Susana, a la intersección con la calle del Rosal, en uno de los primeros edificios urbanizados de la zona.

Anuncio publicado en La Joven Asturias el 3 de marzo de 1865

A priori podría parecernos extraña la asociación entre un fabricante de carros, un maestro de postas y un comerciante para fabricar cerveza pero, de poder viajar en el tiempo, veríamos que sería el resultado de unas buenas relaciones de negocios y de su abierta mentalidad empresarial, siendo testigo del acta fundacional, entre otras personalidades respetables, el médico y filósofo José Longoria Carbajal, de quien hoy lleva nombre una céntrica plaza en la ciudad.

La hemeroteca histórica revela que fabricaron con éxito, durante casi diez años, diferentes estilos de cerveza en las instalaciones de la calle Santa Susana, cerca de lo que hoy es el Instituto Alfonso II. 

La huella documental dejada por Plácido Lesaca es muy amplia, prueba de que la suya fue una vida muy activa. Además de cervecero y director de diligencias, fue uno de los primeros promotores de la construcción de la antigua Plaza de Toros del Fresno, además de guarda - almacén de efectos estancados. Participó activamente en los sucesos ocurridos durante la Revolución de Septiembre de 1868, integrado en la Milicia Nacional como jefe de una compañía que luchó contra las fuerzas carlistas y formó parte de la logia masónica "Luz Ovetense", posteriormente llamada "Nueva Luz", en donde se registraba como miembro de la misma bajo el nombre simbólico de "Empecinado".

Nota publicada en la Gaceta de Madrid el 27 de agosto de 1906

En la Exposición Provincial Asturiana de 1875 ganó un diploma de segunda clase con uno de los caballos "de raza asturiana" que presentó.

Descripción del diploma concedido a Plácido Lesaca en la Exposición Provincial Asturiana de 1875

En 1874 Lesaca heredaría una importante suma de dinero de un familiar en Madrid y, al año siguiente, dejando parcialmente de lado el sector cervecero, invertiría ese dinero en la construcción de un circo de madera que amenizaría la vida de los "gatos del forno", apelativo con el que, según Fermín Canella, se referían entonces a los ovetenses que prolongaban la juerga hasta altas horas y que, ya de madrugada, descansaban de sus correrías al calor del horno de alguna de las panaderías que abundaban extramuros de Oviedo, "donde arañaban hogazas de boroña y pan de bregadera". 

Nota publicada en la Gaceta de Madrid el 22 de mayo de 1874

Para el Circo Lesaca, Plácido alquilaría un solar en la huerta del Duque del Parque, en la plaza de Daoíz y Velarde, detrás del caño del Fontán, justo donde hoy se alza el portón de acceso a la cochera del Palacio del Marqués de San Feliz. En su inauguración actuó la prestigiosa Compañía Ecuestre y de Gimnasia de Díaz Loyal y fue todo un éxito. En el Circo Lesaca también se celebraron bailes, representaciones teatrales, peleas de gallos, mítines políticos y reuniones de interés general como la que se convocó en julio de 1880 para organizar la protesta contra la reforma del trazado del ferrocarril y donde, ante las dos mil personas asistentes, dirigió unas palabras, entre otros oradores, Leopoldo Alas Clarín.

Representación del espectáculo ecuestre del Cirque des Champs-Elysées similar al del Circo Lesaca

En la revista digital O de Oviedo se recoge que, durante las fiestas de San Mateo, además de su farándula habitual, desplegaba un teatrillo complementario con más espectáculos. Según recogen las crónicas, bajo su carpa de telas y maderas pasaron muchas artistas famosas de la época: como Miss Perina, una renombrada equilibrista cuyo número principal consistía en lanzarse a lo largo de un cable tendido desde lo alto sujetándose tan solo con una argolla. La prensa antigua nos revela también que, entre el espectáculo circense del Lesaca, descaron especialmente los trabajos prodigiosos en el velocípedo con solo una rueda y sin manubrio del popular Ugo Ancillotti y las interpretaciones de La Mujer Pez.

Recorte del cartel del espectáculo de Ugo Ancillotti

Pese al éxito de sus funciones, el Circo Lesaca cerró sus puertas hacia 1881, un año antes de que Plácido regresase a Madrid enfermo, con problemas económicos y judiciales. Allí moriría en mayo de 1895. Su necrológica, publicada en El Carbayón  17 de mayo de 1895 finalizaba diciendo "que llevó resignado y con dignidad las contrariedades con que, en sus últimos días, le probó la suerte".

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